Hoy te invitamos a viajar en el tiempo, concretamente al año 1847, cuando un médico llamado Ignaz Semmelweis, trabajaba en la Primera Clínica Obstétrica del Hospital General de Viena. Para aquel entonces, la tasa de mortalidad de las madres que daban a luz en la clínica era de entre 25% y 35%, ¡Mucho más alta que en otras clínicas de la ciudad!
Todos estaban preocupados, pero más allá de la preocupación el doctor Semmelweis observó, que la mayoría de las muertes se producían en la sala atendida por obstetras en aquellos tiempos, también eran los médicos que realizaban las autopsias.
Por otro lado, la tasa de mortalidad era mucho menor en la sala de partos, que era atendida por comadronas, quienes eran las mujeres que ayudaban a las mujeres a dar a luz.
Toda la situación comenzaba a tomar sentido
Semmelweis sospechaba que los obstetras estaban transmitiendo alguna enfermedad a las madres a través de sus manos contaminadas. Así que, para probar su teoría, ordenó a todos los doctores de la clínica, se lavaran las manos con una solución de hipoclorito cálcico, antes de atender a las pacientes.
¡El resultado fue sorprendente! La tasa de mortalidad de las madres disminuyó hasta un 4%. Lo que le atribuyó a Semmelweis el logro de haber descubierto que el lavado de manos en las entidades médicas podía salvar vidas.
Pero el camino al cambio no fue sencillo
Sus descubrimientos fueron rechazados por la comunidad médica de la época, ya que sus colegas creían que la fiebre puerperal, la enfermedad que causaba la mayoría de las muertes, era causada por miasmas, o gases nocivos que emanaban los cadáveres.
¿Sabes qué fue lo peor? Semmelweis se enfrentó a la burla y el rechazo. Fue ridiculizado en los periódicos, y sus libros fueron quemados. Incluso, en 1850 fue internado en un manicomio, donde murió un año después.
Así nace el “Reflejo Semmelweis”
Esta es la tendencia humana a rechazar nuevas ideas, que contradicen las creencias establecidas gracias al sesgo de confirmación. Lo que deja claro, una vez más, que la resistencia al cambio siempre se ha pronunciado fuertemente.
¿Hasta cuándo vamos a repetir la misma historia?
Alguien ve más allá de lo establecido, comparte su descubrimiento con el mundo, es rechazado, hasta que se demuestra por otras personas, incluso por los mismos individuos que se resistían, que el cambio que se proponía era necesario.
En el mundo de la gerencia hospitalaria esto es igual
Es importante cuestionar constantemente los procesos y las prácticas existentes para garantizar que se ofrezca la mejor atención posible a los pacientes. Para lo que podemos seguir los siguientes consejos:
- Facilitar un ambiente de apertura y colaboración. Los empleados deben sentirse cómodos para compartir sus ideas, incluso si son diferentes de las de los demás.
- Promover la educación y el desarrollo profesional. Pues, los profesionales de la salud deben tener las herramientas y conocimiento necesarios para cuestionar de forma efectiva.
- Crear un proceso para la revisión y análisis de las prácticas existentes, y recomendar cambios.
Solo así, podremos disfrutar de los siguientes beneficios:
Pacientes felices
Al cuestionar los procesos y las prácticas existentes, los gerentes hospitalarios pueden identificar oportunidades para mejorar la atención al paciente.
Reducir los costos
Igualmente, se pueden reducir los costos al encontrar formas de ahorrar en suministros, reducir el desperdicio, o mejorar la utilización de los recursos. Lo que no solo beneficiaría a la institución en cuestión, sino a todo el sistema hospitalario nacional.
Mayor seguridad
El cuestionamiento lleva al cambio, y los cambios (Siempre y cuando sean necesarios) conducen a mejoras en el sistema, incluyendo la seguridad. Por lo tanto, se pueden tomar medidas para mejorar la seguridad del paciente. Pueden identificar formas de prevenir infecciones, reducir incidentes y mejorar la seguridad de los medicamentos.
Más innovación
Esto puede conducir al desarrollo de nuevas tecnologías y tratamientos que mejoran la atención al paciente. Garantizando que las organizaciones brinden la mejor atención posible a los pacientes.
¿No es esto lo que hemos venido haciendo?
Técnicamente sí. El mundo es un entorno cambiante que ha vivido una infinidad de variaciones a lo largo de los años, y nosotros, como sociedad, hemos aceptado la mayoría de ellos. Sin embargo, siempre nos hemos resistido, alargando el proceso y dificultando la llegada del cambio y de la mejora cada vez más.
En este sentido, lo primero que tenemos que hacer es detectar el reflejo Semmelweis. Reconociendo cuando estamos renuentes a hacer un cambio conectado con la realidad y trabajar en nuestro mindset para cambiar esto.
Para ello, en La Universidad de Investigación e Innovación de México hemos creado nuestra Maestría en Gerencia Hospitalaria: Una propuesta innovadora que profundiza sobre evaluaciones económicas, gestión hospitalaria y sistemas de salud en centros médicos públicos y privados. Los graduados estarán capacitados para mejorar la calidad de los servicios de salud, optimizar la eficiencia y rentabilidad de las instituciones de salud, sean estas públicas o privadas, y abordar los desafíos actuales y futuros del sector de la salud de manera innovadora y efectiva.
Oportunidades de crecimiento en el sector salud
Así, no solo podrás contribuir directamente con un cambio real, sino que también se te pueden abrir múltiples oportunidades profesionales para ti en el campo de la salud, como:
- Administrador de un hospital, para supervisar las operaciones diarias, gestionar los recursos humanos y garantizar la calidad de los servicios de atención médica.
- Gerente de clínica, gestionando las operaciones y asegurando que los servicios se brinden de manera eficiente y efectiva.
- Director de servicios de salud, para tener la oportunidad de ocupar un cargo de liderazgo en una organización de servicios de salud.
- Consultor de gestión de salud, brindando asesoramiento y soluciones a organizaciones de salud en áreas como gestión de calidad, mejora de procesos y estrategias de crecimiento.
- Gerente de calidad en salud, para garantizar la calidad y seguridad de los servicios de atención médica, implementando políticas y procedimientos para mejorar la experiencia del paciente y cumplir con los estándares de calidad.
- Director de operaciones en salud, supervisando las operaciones diarias de una institución de salud, optimizando los recursos y asegurando la eficiencia en los procesos.
Fuente:
“Ignaz Semmelweis: The Doctor Who Saved Mothers”. National Geographic