Imagina esto: estás cursando un posgrado, pero también trabajas, tienes compromisos, mil cosas en la cabeza… y de pronto aparece la palabra “metodología” como si fuera algo que deberías dominar. Pero no es tan simple. Investigar no es solo buscar en Google y citar en APA; es comprender cómo se genera el conocimiento y cómo aplicarlo de forma estratégica, sin que te robe más tiempo del necesario.
Si estás en una maestría o doctorado —como los que ofrece la Universidad de Investigación e Innovación de México (UIIX)— dominar las metodologías adecuadas puede ser la clave entre avanzar con claridad o sentir que tu proyecto te persigue sin tregua.
Tranquilo, que no estás solo. En este artículo te mostraremos las metodologías más utilizadas y cómo elegir la mejor según tu enfoque, tu rutina y tus objetivos.
¿Qué es una metodología de investigación?
Una metodología de investigación es básicamente el camino que eliges para responder una pregunta o resolver un problema. Así de simple. Es la forma en que decides recolectar, analizar y presentar la información que te servirá para argumentar tus ideas.
La buena noticia es que no necesitas saberlas todas. La mejor metodología es la que se ajusta a tu tema, tiempo disponible y tipo de posgrado.
Las metodologías más usadas en posgrados:
Investigación cualitativa: entender el “por qué” de las cosas
Ideal para quienes estudian temas relacionados a educación, comunicación, psicología o gestión empresarial. Si tu proyecto busca entender comportamientos, experiencias o significados, lo cualitativo es tu camino.
Ejemplos de métodos cualitativos:
- Entrevistas en profundidad.
- Grupos focales.
- Observación participativa.
- Análisis de contenido (como analizar discursos, textos o redes sociales).
Investigación cuantitativa: los números no mienten
Si lo tuyo es medir, comparar o probar hipótesis con datos duros, ésta es tu opción. Se usa mucho en áreas como administración o en proyectos. Ejemplos de métodos cuantitativos:
- Encuestas estructuradas.
- Experimentos controlados.
- Análisis estadístico.
Investigación mixta: cuando no puedes decidir entre lo cualitativo o lo cuantitativo
¿Y si quieres lo mejor de ambos mundos? Entonces aplica un enfoque mixto. Combina entrevistas y encuestas, por ejemplo. Primero entiendes el problema (cualitativo) y luego lo validas con números (cuantitativo).
Este enfoque es más completo, robusto y convincente. Sí, probablemente te tomará un poco más de tiempo, pero si organizas bien tu calendario, puedes hacerlo sin perder la cabeza.
Esta forma de investigar te será muy útil si tu posgrado incluye proyectos interdisciplinarios, como los que promueve UIIX en sus doctorados en Educación e Innovación o Dirección de Proyectos.
Cómo elegir la mejor metodología (y no morir en el intento)
- Piensa en tu tema: ¿Es algo que se puede medir o algo que se debe comprender? Si buscas “cuánto”, ve con lo cuantitativo. Si buscas “por qué”, lo cualitativo es lo tuyo.
- Piensa en tu tiempo: ¿Tienes pocas horas a la semana? Lo cualitativo puede ayudarte a profundizar sin hacer encuestas masivas. ¿Tienes acceso a bases de datos? Entonces aprovecha lo cuantitativo.
- Piensa en tu contexto laboral: Muchos proyectos de posgrado se pueden vincular con tu trabajo. Eso te ahorrará tiempo y te dará datos reales. Por ejemplo, hacer una encuesta a tus colegas o analizar procesos internos de tu empresa.
- Apóyate en herramientas digitales: Plataformas como Notion, Zotero, NVivo o Excel te pueden ahorrar mucho tiempo valioso. No necesitas ser experto en estadística o teoría; sólo necesitas saber cómo aplicar las herramientas a tu favor.
¿Y cuál es la finalidad de todo esto?
Elegir bien tu metodología es el primer paso para cumplir tus objetivos. No sólo te ayuda a terminar tu tesis o proyecto final, también te entrenará para resolver problemas reales en tu trabajo.
Además, estudiando en línea y de manera flexible, tú decides cómo y cuándo investigar. Así que, si ya estás estudiando un posgrado o estás por empezar, vale la pena tomarte el tiempo de entender cómo quieres caminar tu ruta de investigación. Así que el método no es el enemigo, es tu aliado.
La investigación no tiene que ser una tortura académica. Bien aplicada, puede ser tu mejor herramienta para crecer profesionalmente, resolver problemas concretos en tu trabajo y destacarte como alguien que no sólo estudia, sino que transforma su entorno.
Así que la próxima vez que escuches “el marco metodológico”, en lugar de huir… úsalo a tu favor.
Referencias: McLeod, S. (2019). Qualitative vs Quantitative Research. Simply Psychology. https://www.simplypsychology.org/qualitative-quantitative.html