Para nadie es un secreto que existe una disparidad entre los países del primer mundo y los del tercero. Se trata de una brecha en el desarrollo y el acceso a oportunidades, lo que está dando forma a un escenario global complejo y desigual. Afortunadamente, esto tiene solución, pero antes de revelártela, permítenos explicarte un poco sobre las causas y las consecuencias de esta, así como las posibles soluciones para construir un futuro más equitativo y prometedor.
El origen de la brecha
Como todo en este mundo, esto tiene sus raíces, las cuales son una combinación de factores históricos, económicos y políticos.
Siglos de colonización, explotación de recursos naturales y desigualdad han contribuido con el desequilibrio en cuanto al acceso a la educación y a la tecnología. Por ello, aunque muchos países tercermundistas se han enfocado en mejorar el presente para lograr un buen futuro de las profesiones, aún resta mucho trabajo por hacer.
Por supuesto, la falta de inversión en infraestructura, la corrupción y la inestabilidad política también han contribuido con esto. Además de muchos otros factores. En cuanto a esto, la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, ha advertido sobre las crecientes asimetrías globales, sobre todo en materia de acceso a vacunas y financiamiento, así como en concentración de riqueza, ingresos y tecnología.
Concretamente, Bárcena ha dicho que “Las economías mundiales están enfrentando recuperaciones divergentes de la crisis desatada por la pandemia. Los países en desarrollo están siendo dejados atrás. La mayor parte del estímulo e inversiones están concentradas en los países desarrollados y hay disparidades al frente nuestro en lo que respecta a las responsabilidades climáticas”.
Además, destacó que “Mientras Estados Unidos y Europa destinan billones de dólares y euros a paquetes fiscales, para la recuperación que alcanzan a cerca del 18% del PIB, los planes fiscales anunciados en América Latina y el Caribe solo han llegado a 4,3% del PIB. En tanto, nuestra región solo emite el 8,3% de los gases efecto invernadero. La adaptación es una prioridad para nosotros, pero no está totalmente financiada”.
¿Y qué impacto ha tenido esto en el primer mundo?
En términos económicos, los países menos desarrollados suelen depender de la exportación de materias primas, lo que los expone a fluctuaciones en los precios internacionales y los deja en desventaja frente a las economías diversificadas de los países del primer mundo. Además, la falta de acceso a la educación y la tecnología limita las oportunidades de desarrollo personal y profesional, lo que perpetúa el ciclo de desigualdad y la incapacidad para trascender.
Soluciones para cerrar la brecha
Para superar esta brecha se requiere de un enfoque multidimensional que aborde tanto los aspectos económicos como los sociales. Podríamos tomar algunas medidas clave, como:
Inversión en educación
Garantizar un acceso equitativo y de calidad a la educación es fundamental para empoderar a las futuras generaciones y romper el ciclo de pobreza. Lo que incluye el desarrollo de programas de alfabetización digital y capacitación en habilidades tecnológicas.
Fomento de la innovación y la investigación
Por supuesto, promover la colaboración entre universidades, centros de investigación y empresas locales e internacionales también puede estimular la innovación y el desarrollo de tecnología adaptada a las necesidades específicas de los países del tercer mundo.
Apoyo a la infraestructura
Igualmente, mejorar la infraestructura básica, como el acceso a la electricidad, el agua potable y las comunicaciones, es esencial para impulsar el desarrollo económico y social.
Seis propuestas igualitarias y sostenibles
Sobre esto, Barcena también presenta 6 propuestas con el objetivo de avanzar de manera más igualitaria y sostenible.
- En primer lugar, destacó la necesidad de lograr una nueva arquitectura financiera internacional para abordar las disparidades en el acceso a financiamiento, la calificación crediticia, la evasión tributaria y el financiamiento ilícito.
- En segundo lugar, se llamó a redistribuir la liquidez y reformar la arquitectura de deuda internacional mediante instrumentos de financiamiento innovadores, como el Fondo para aliviar la economía COVID-19 y el Fondo de Resiliencia del Caribe.
- Tercero, resaltó la importancia de fomentar la solidaridad mediante la reforma del sistema tributario internacional y asegurar una tributación justa de las multinacionales para que paguen sus impuestos en el lugar donde el valor agregado es creado.
- En cuarto lugar, resaltó la importancia de eliminar la evasión tributaria corporativa, los paraísos fiscales, e incautar los activos robados. Lo que podría mejorar el espacio fiscal de los países en desarrollo.
- Quinto, mencionó la posibilidad de establecer nuevos acuerdos marco internacionales, o bilaterales, con estándares para este proceso de retorno.
- En su sexta propuesta hizo referencia al Comité Tributario de las Naciones Unidas. De acuerdo con ella, este debería convertirse en un mecanismo intergubernamental para tratar los asuntos financieros e impositivos internacionales con el fin de que pueda abordar especialmente las asimetrías que afectan a los países de ingreso medio.
Llegados a este punto, queda claro que, aunque el mundo parece estar cada vez más conectado y globalizado, mientras que los avances tecnológicos y la interconexión parecen estar al alcance de todos, aún enfrentamos una realidad preocupante.
Afortunadamente, todo tiene solución y, como se mencionó anteriormente, esta está directamente relacionada con la educación.
Es necesario producir conocimiento científico-práctico a través de la formación de investigadores de alto nivel en el área de educación, con conocimientos, habilidades y actitudes capaces de desarrollar e innovar procesos pedagógicos.
Generando bases de conocimiento práctico en materia de enseñanza, aprendizaje, evaluación, calidad educativa, administración educativa, tecnología educativa y docencia, así como soluciones aplicables a la realidad educativa globalizada en todos los niveles educativos y en beneficio de la sociedad.
Al invertir en educación, fomentar la innovación y apoyar el desarrollo de infraestructura, podemos abrir las puertas a nuevas oportunidades y romper los círculos viciosos de la desigualdad.
En la Universidad de Investigación e Innovación de México nos unimos en la búsqueda de soluciones concretas a través de nuestro Doctorado en Educación e Innovación.